Hace tiempo ya puse una critica al disco Queen, que hizo el blog La Caverna. En aquella ocasion hubo muchas criticas en contra de lo escrito, esta vez espero que si hay criticas no ofendan a nadie, aun cuando se piense que la critica es ofensiva (yo no lo pienso), es la opinion de una persona con la que puedes estar de acuerdo o no, pero ruego que no se insulte a nadie (si es que hay comentarios), es bastante largo pero merece la pena. Sin mas aquí os lo dejo tal cual lo a publicado La Caverna.


Artista: Queen (C)
Fecha de Grabación: Ago 1973
Fecha de Lanzamiento: Marzo 08, 1974. UK
Discográfica: EMI / Parlophone
Productor: Roy Thomas Baker / Robin Cable / Queen
Calificación:
8

Mejor Canción: Ogre Battle
Canciones: 1) Procession; 2) Father To Son; 3) White Queen (As It Began); 4) Some Day One Day; 5) The Loser In The End; 6) Ogre Battle; 7) The Fairy Feller's Master-Stroke; 8) Nevermore; 9) The March Of The Black Queen; 10) Funny How Love Is; 11) Seven Seas Of Rhye.

Con el Queen II, la banda comienza esa transición hacia sonidos más artísticos y conceptuales que los hace tan difíciles de catalogar, sobre todo en esta etapa temprana. Y es que Queen coquetea con diversos géneros, negándose a encasillarse en uno solo, como parecía en el disco debut, mucho más pesado que éste. Aquí juegan con la música, se divierten, rockean por un lado y por otro hacen estructuras complejas, coros impresionantes, solos majestuosos, multipartes y parece que se toman demasiado en serio su papel de músicos. Por un lado esta el lado Hardrockero de la banda, que se trasluce sobre todo en estos primeros discos, en el cual suenan con una potencia impresionante, como en la parte media de “Father To Son”, que debe ser una de las partes más pesadas grabadas ese 1974. Y por otro está ese lado ambicioso, pretencioso, artístico, conceptual, que los acerca por momentos al progresivo, como en la suite “The March of the Black Queen”.
Además comienzan a jugar con ideas conceptuales. Yo en lo personal no encuentro muchas diferencias, pero se supone que el disco está dividido en dos partes, la primera cara dedicada a la Reina Blanca, luego una transición con “Ogre Battle” y las siguientes rolas del lado B dedicadas a la Reina Negra. Musicalmente las diferencias no se perciben; no hay una cara con baladas progresivas y otra con rockers furiosos. Incluso, aunque hay canciones donde domina mucho más uno que otro, la banda se dedica más bien a integrar ambas facetas musicales en una misma canción, sobre todo en las multipartes, por lo que muchas veces tenemos canciones con fragmentos tranquilos, llenos de arpegios y pianos que de pronto estallan de manera violenta sin previo aviso. Por eso es imposible decir que estén dentro de la corriente del Hard Rock (o incluso metal, Metallica mismo ha repetido que estuvieron fuertemente influenciados en fragmentos de Queen para crear el Trash) o que sean netamente Progresivos o “Art-Rock”.
Otra de las dualidades del disco es en la composición. El lado blanco está compuesto casi todo por Brian May, a excepción del track que cierra esa cara, “The Loser In The End” que fue compuesto por Roger Taylor. La cara de la Reina Negra, en cambio, fue compuesto en su totalidad por Freddie Mercury, más cargado de fantasía.
Otra cuestión es que aquí empiezan más un acercamiento a ese estilo de rolas que se convertirían en himnos universales. No es que las que aparecieron en este disco se hayan convertido en clásicos eternos (sólo “Seven Seas of Rhye” lo es y no es de las rolas a las que me refiero), sino que se percibe la intención y la semilla para crear rolas netamente para escenario, para cantarlas junto a las multitudes-extasiadas-que levantan-sus-manos-con-encendedores-prendidos, como en “Father to Son” o “Funny How Love Is”, que están ya dirigidas a los enormes conciertos de estadio de los que Queen se convertiría en el máximo representante. La banda aún era relativamente desconocida y ni el Queen I ni éste tuvieron mucho éxito de ventas, por lo que difícilmente daban aún conciertos multitudinarios, pero es el estilo que adquirirían después, y no podemos negar que este tipo de rolas junto con las que perfeccionarían después se prestan un trillón de veces más para ver en vivo que en versión de estudio. Queen sin duda es una banda netamente de escenario, en primera porque sabía escoger sus mejores temas y dejaban fuera cantidad de relleno de sus LP’s, en segunda por incluir estos himnos con los que generaba una comunión inmediata con el público y en tercera porque Freddie Mercury tenía una personalidad arrasadora, y se convirtió en el frontman modelo para los que después siguieron ese modelo de conciertos de estadio. En fin, ya me desvié y falta aún mucho para que Queen llegue a esa etapa, pero a lo que iba es que el Queen I carece de este tipo de rolas, por lo que es la primera aproximación de la banda a este sonido.
Aún así me parece un ligero retroceso respecto al debut. Nada alarmante, el disco aún es bueno y muy escuchable. No hay canciones malas realmente, e incluso la que canta Roger Taylor es bastante mejor que la del Queen I, pero son muchas canciones que van de mediocres a promedio, perdiendo parte de la frescura, potencia y sobre todo, sinceridad del debut. Aquí la banda se nota ya con visos de ambición y pretensionismo, pero se quedan a mitad de una obra verdaderamente conceptual, y parecen sobreponer demasiadas ideas y energía sin acomodarlas de manera correcta.

El disco arranca con “Procession”, un tema instrumental de Brian May que viene a ser una especie de intro y marcha-de-entrada de la reina blanca. La canción la grabó en un multi track sobreponiendo pistas para dar ese efecto de tres dedos tan característico de él. No sería ni la primera ni la última vez que usaría esta técnica. Además usó el amplificador Deacy Amp para bajo de John para agregar algunos efectos (ese que suena como trompetas). Salvo eso no hay mucho que decir de esta pieza.
Sigue “Father To Son”, que es una canción un tanto incómoda para-cantar-en-el-estadio-con-la-banda. Una especie de himno o canto gospeliano demasiado largo que es un claro ejemplo de Queen desperdiciando su talento. La canción de 6 minutos dura al menos el doble de lo que debería, tiene unas horribles letras universalistas, pero tiene una sección media a partir de 2:10 verdaderamente bombástica, feroz, de lo más pesado de Queen, y por momentos pateando el trasero a Zeppelin y a Sabbath. El solo de May es impresionante, utilizando de nuevo el multi track; y el riffeo del bajo de Deacon sobre el que se soportan los demás arreglos es un mastodonte derribando todo a su paso, con unos redobles enormes de batería cuando la sección media está por terminar. Esta parte es tremenda, cierto, un excelso caos musical, pero no sirve en absoluto a la supuesta intención de la rola, que es el de complacer a las multitudes. Lo que redime a la canción, a pesar de que es absolutamente contradictoria, es que musicalmente es muy buena. Si se las arreglan para ignorar las letras y consideran esta como dos canciones (un cuasi metal atravesando un himno cuasi hippie) pueden incluso disfrutarla. Yo lo hago… a veces.
Después viene “White Queen (As It Began)”, que viene siendo uno de los temas “ligeros” o sin la tremenda potencia que tienen otros cortes. La canción es una bellísima y delicadísima balada, con Freddie ejercitando esas superdotadas cuerdas vocales, cantando de un modo casi operístico, pero sonando encantador de principio a fin. No sólo eso, sino que suena incluso sincero, y la manera en que entona y el sentimiento con que carga la excelsa melodía vocal realmente hace que a uno le vibre el corazón. La ambientación es minimalista, con efectos de guitarra (con phasing???) que hacen un efecto como de sintetizadores etéreos al fondo en la primera parte. Luego viene al 2:45 un solo acústico de May con efecto de cítara. Al terminar el solo da pie a que la banda suba ligeramente la potencia para un nuevo solo, ya con distorsión y a tres dedos, y todos los instrumentos creando una coda casi celestial para cerrar finalmente de manera íntima y casi susurrada. Excelente canción, y gran manejo de tiempos!
Continuamos con “Some Day One Day”, canción compuesta por May, pero para variar, cantada también por él. Por el tono bajo en que canta, tiene cierto parecido con el de Freddie, pero carece de modulación, por lo que la melodía vocal luce plana, inacabada, e inmensamente repetitiva. Aburrida. Sólo como nota, brian hace prácticamente todo, la canción lleva un guitarreo acústico y arreglitos en guitarra eléctrica, pero en el solo del final interpreta hasta tres guitarras en el largo fade out. La novedad es que no las sobrepone haciendo esa triple estridencia tan característica de su estilo, sino que aquí hace arreglos por separado en las tres guitarras. Aún así, insisto, aburrida.
Sigue la “joyita” que Roger Taylor aporta en cada disco. “The Loser In The End” es un rocker con un riffeo potente pero que luce sin acabar. Aún así, no es tan mala como “Modern Times Rock & Roll” y al menos la voz raspada queda mejor aquí para el ambiente tosco y sucio de la canción. Me pregunto cómo le hubiera sonado a Freddie? O mejor aún, como les hubiera sonado a Deep Purple puliéndola un poco? Parece mucho más de su estilo, no? Así termina este relativamente débil lado A o lado blanco, en el que ninguna de las piezas es compuesta por Mercury.
“Ogre Battle” abre el lado B, y es una especie de transición gris entre el lado blanco y negro. Esta fue compuesta por Freddie en 1972, pero no alcanzó a entrar en el debut ya que deseaban dedicarle más horas de grabación para dejarla como querían. En este disco obviamente ya no tuvieron que grabar de 3 a 7 am y pudieron realizar esta compleja pieza que efectivamente suena a una batalla de ogros. Pero en el buen sentido. La enorme potencia de la canción conjugada con los coros operísticos le dan una sensación experimental, pero que termina siendo muy buena ya en la totalidad, de hecho, la mejor del disco. La intro de batería al revés es monumental, le da una vertiginosidad bestial a la rola. De hecho es la misma batería con que cierra la canción, pero al revés, incluyendo el gong con el que “caemos” en la canción al inicio. Además sobresale el trabajo de May, alternando esa grandiosa guitarra que suena casi épica con el sonido más pesado y casi metalero del monstruoso riff (no recuerdo si este fue el track en el que Metallica dice haberse inspirado) con una velocidad endemoniada. Una canción excelente, monstruosa, bizarra por esos grandilocuentes coros de ópera mezclados con la potencia germinal del trash.
Sigue “The Fairy Feller's Master-Stroke”, compuesta por mercury después de quedar pasmado con la pintura homónima de Richard Dadd, que a mi en lo particular me es indiferente, casi igual que esta canción. Se nota ya un acercamiento a l lado operístico que explotarán más en los siguientes dos discos, pero aquí simplemente parece un collage de demasiadas ideas sin cohesión, con buenas armonías, pero sin una melodía base que de unidad a toda la rola. La nota es que Freddie toca aquí un harpsicordio para aumentar ese tono de fantasía.
Después llega “Nevermore” ligada a la anterior por el arpegio de piano con que termina una y empieza otra. Es una balada hermosa, delicada, inofensiva, de apenas 1:25 en la que Mercury nuevamente nos apachurra el corazón y nos conmueve con su calidad vocal. Muy cute, pero tampoco se puede considerar una gran rola.
El noveno track es “The March of the Black Queen” que es una suite multiparte, casi de tintes progresivos. Sin embargo aún suena un tanto desorganizada, como demasiadas piezas sueltas pegadas al azar, y demasiado pomposa a mi gusto. La canción la escribió Freddie a piano y el resto de los integrantes lo van siguiendo. Lo curioso de la rola es que algunos fragmentos tienen polirritmo, ya que la voz principal va a 8/8 mientras coros y otros arreglos van a 12/8, lo que es rarísimo en el rock y hace que suene más extravagante. Está por demás decir que era imposible interpretarla en vivo. Tampoc me voy a meter en detalles explicando cada uno de los fragmentos, ya que en esta sola canción muchas bandas medianas pudieron haber sacado suficientes ideas para una discografía entera, así que vamos a la siguiente.
“Funny How Love Is” es una balada acústica que surgió improvisando en el estudio. Con base acústica y tratando de imitar la “Barrera de Sonido” (Wall of Sound) de Phil Spector, la verdad es que es muy pegajosa, pero muy cursi. Y es de esas que está con toda la intención marcada de ser un éxito en los conciertos, con la gente contestándole a Freddie. A la larga nunca la llegaron a tocar en vivo porque Freddie se esforzaba demasiado en llegar a los tonos altos. Esta cute, pero mientras algunos ven el parecido a lo que después haría ABBA (con lo que coincido) como una virtud, yo lo veo como un defecto. Queen pseudometal lo puedo aguantar. Queen pseudoprogresivo también. Pero Queen pseudo ABBA???
El álbum termina con “Seven Seas of Rhye” que había quedado a medio terminar en el disco anterior y del cual solo habían incluido un fragmento del vertiginoso arpegio para cerrar. Originalmente me parece que lo iban a agregar como primer tema de este disco para dar cierta ilusión de continuidad, pero ignoro porqué al final no fue así. La canción es una aproximación al pop, y fue el single que catapultó al disco. Claro, sin duda es una canción más comercial y radiable, pero a mi gusto está muy bien hecha. La melodía funciona muy bien, la voz de Freddie suena potente y ese arpegio velocísimo de piano a la vez que resulta ser un gancho encantador, no es nada sencillo en ejecución. No es algo innovador, a fin de cuentas es una canción pop muy bien maquillada, pero para mi funciona.

OK. Es un buen disco a secas. Ya se perdió el factor sorpresa del debut, con el cual realmente revolucionaron a posteriori muchos aspectos de la música. Aquí se notan pocos avances al respecto, se nota una banda ligeramente más pretenciosa, comienza esa lenta transición al sonido operístico, pero sin desarrollarlo completamente.
Ah, y la portada! Casi me olvido. Esta es otra de las portadas históricas, que casi todo mundo confunde con la de A Night At The Opera por el simple hecho de que en ese disco viene “Bohemian Rhapsody” y la banda utilizó el mismo concepto de esta portada para la elaboración del video de ese rolonononóoon. Esta es otra de las señales de que todo mundo se cree conocedor de Queen y admirador furibundo sin haber escuchado siquiera los discos. Después se volvería un cliché de bandas setenteras, pero a mi me encanta la portada con los rostros difuminados en las sombras, en una especie de evolucioón del With The Beatles.

Espero vuestros comentarios, con moderación ¡¡heee!!